16 abril 2013

François Houtart (el ángel de la guarda)

En una charla invitamos a Atilio Borón a participar del lanzamiento de "Camilo Torres. El amor eficaz". El compañero Borón nos escuchó y sentenció, como quien está acostumbrado a este tipo de situaciones: "En marzo [2010] viene François Houtart a presentar un libro de Camilo", y acto seguido nos dejó su tarjeta y nos pidió que lo llamáramos luego para conversar.

Fueron dos cubetas de agua fría que nos dejaron desconcertados: "¿François en Buenos Aires? ¿Otro libro de Camilo en Buenos Aires?" Algo estaba pasando en ese 2010 para que en menos de un mes se lanzaran dos libros sobre Camilo y tuviéramos la oportunidad de conocer a François, su maestro y amigo.

El último libro sobre Camilo -una antología- había sido publicado en 2007 para la colección "Fundadores de la izquierda latinoamericana" y se llamaba "Camilo Torres: sacristán de la guerrilla". Había sido compilado por Hernán Brienza y tenía un estudio introductorio del Padre Gustavo Morello, s.j. (con quien luego tendríamos algunos intercambios). 

Acudimos a la cita el 10 de marzo en el Centro Cultural de la Cooperación (CCC). Se llevó a cabo un conversatorio sobre Camilo Torres a cargo de François Houtart y hacía de moderador Atilio Borón. Fue el preámbulo del lanzamiento de "El sueño de Camilo", un libro que tenía una introducción del secretario general del Partido Comunista Colombiano, don Jaime Caycedo Turriago, profesor universitario. Fue un hecho paradójico: un libro de Camilo "estudiado" por un comunista colombiano, lanzado en un centro comunista argentino y presentado por un cura belga. Era como la reedición de las pioneras búsquedas del propio Camilo.

Lorena López Guzmán con François Houtart en el lanzamiento de "El sueño de Camilo"

Nicolás Herrera con "El sueño de Camilo" y François Houtart con "El amor eficaz", juntos.
Luego del conversatorio, le propusimos a François que nos concediera un testimonio. Queríamos guardar para la posteridad (después descubrimos que entrevistas como esta que le haríamos, ya las venía dando François durante los últimos cuarenta años). Era la emoción de tener cerca a Camilo, a su época, a sus angustias, a sus proyectos, mezclada con la ingenuidad que nos embargaba entonces, pues nos creíamos un poco "pioneros" en un trabajo que llevaba décadas.

La entrevista se dio al día siguiente (11 de marzo de 2010) en el Hotel Bauen, donde se hospedaba el viejo belga. Fue emocionante, con voz entrecortada a veces por nosotros, con algunos problemas técnicos (llevamos una cámara de video que nunca pudimos encender) y con muchas preguntas rondando nuestras cabezas. François muy tranquilo, muy sereno, muy dispuesto respondió nuestras preguntas durante casi dos horas. 

Hablamos de Camilo: su vida, las anécdotas, el proyecto político, sus sueños profundos, los valores centrales que guiaban a Camilo, los acercamientos con el Che y con Luther King. François nos compartió todo lo que tenía en su memoria, algunas veces mirándonos fijamente y otras veces abstraído mirando en un horizonte lejano, como si pudiera volver atrás el tiempo y ver a Camilo reír y "joder" en la casa de sus papás allá en Lovaina. 

En medio de la entrevista nos contó François que había un cineasta colombiano residente en Canadá que estaba realizando un documental sobre Camilo y nos propuso ponernos en contacto; también nos propuso lo mismo con Gustavo Pérez Ramírez, el mejor amigo de Camilo desde sus épocas del seminario quien vivía en Ecuador y a quien seguramente le interesaría mucho nuestra iniciativa.

Valga decir que fueron dos noticias más que nos conmocionaron: se estaba desarrollando un documental sobre Camilo (el último había sido realizado en 1973 por el cineasta colombiano Francisco Norden). Algo mágico tenía este 2010 que además de los libros lanzados se estuviera trabajando en un documental y que el mejor amigo de Camilo estuviera interesado en animar la recuperación de la memoria.

Le preguntamos a François: "Si al Che Guevara se le recuerda como 'el guerrillero heroico', ¿cómo se le puede recordar a Camilo?" Él miró al horizonte, guardó un poco de silencio y respondió una hermosa definición de dos palabras, que como "amor eficaz" resumían y condensaban la vida y las angustias de Camilo. Dijo entonces, "Camilo Torres es: el revolucionario sonriente", y rió con mucho agrado, como quien se da cuenta de la fuerza de su propia ocurrencia o como quien hace un picaresco homenaje a un amigo.

Nos despedimos de François entre abrazos emocionados y nos propusimos a mantenernos en contacto para avanzar en este esfuerzo.

Indudablemente, publicar unas fotos bajadas de internet era poco para todo lo que se venía haciendo, y nosotros no éramos sino simples gotas en este mar de memoria y recuerdo militante de nuestro "revolucionario sonriente".

François durante la entrevista en 2010

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